Siempre pasa [Leonard]

27/06/2013 [13:45]

Sonará loco y casi imposible pero nunca antes había ido a ver la Estatua de la Libertad por falta de tiempo, ganas, etc. Y mi objetivo hoy era ir a visitarla solo por fuera, quizás tomarle una que otra fotografía pero la cosa era verla.
Me levanté temprano y tomé desayuno o lo primero que encontré para comer. Una vez lista salí rumbo al ferry, sería la mejor forma de llegar a Statend Island. Era gratis o eso creía, pero no por eso iba a salir din dinero.
No se cuanto tardé en llegar al Ferry pero la cosa es que al hacerlo, no habían muchos pasajeros, de seguro por la lluvia que estaba algo densa pero no demasiado, por lo que me quité el gorrito de la chaqueta dejándo que me mojara. Mala idea ya que de seguro terminaba enferma pero valía la pena.
Al ingresar al Ferry le sonreí a quién daba la bienvenida y al pasar por su lado casi resbalo pero me toma del brazo así que le agradecí o sino, habría sido una fea caida.
Luego de ese bochornoso momento caminé fijándome en el suelo hasta llegar al barandal de un extremo y me apoyé viendo el agua. No fue muy inteligente porque de un bolsillo mío cayó un papel en el que tenía anotada una dirección y no la recordaba. - Que mal. - Susurré, pero ya se había perdido.

Mal, bastante mal y lo peor es que ni siquiera recordaba que era ese papel realmente porque tenía otras anotaciones ahora que doblaba la cabeza viendo que no era mi letra. Una dirección... ¿De qué era la dirección? Ahora quedaría con la duda a menos que me colgara del barandal. Sonaba bien pero por la velocidad no la alcanzaría y terminaría colgando. Lo otro era estirar mi brazo pero no era tan largo como para alcanzarlo. Me sobresalté, muy poco al escuchar una voz. Era más que nada por lo que planeaba hacer y porque ni siquiera había visto si había alguien más ahí. - Eso creo... - No, definitivamente no recordaba que era así que volví a doblarme un poco para mirar pero el papel ya estaba completamente mojado y no se veía. - Si llegase a tomarlo, queda como pasta. - Así que en fin, ya estaba perdido, de seguro cuando lo recordase me lamentaría pero por ahora no. Metí mis manos a mi bolsillos para revisar que tenía pero la mayoría de los pocos papeles que llevaba eran recados y uno que otro dibujo infantil. Pero seguía sin recordar que era esa dirección y lo demás.

Después de revisar los papeles que llevaba los guardé nuevamente porque no sabía aún de que era ese. Mire al chico cuando dijo eso de sacarle una foto. - Buena idea. - Porque iba con mi cámara pero no la saqué ya que sino podría caerseme o mojarse con la lluvia. - Si... claro. - Lo miré con curiosidad cuando se alejó pero fue por un balde y comprendí lo que quería hacer. - No es necesario. - Le aseguré ya que solo era un papel.

Me entrega su celular y asiento teniendo cuidado de no tirarlo yo misma al agua. - Claro. - Lo bueno es que logré no lanzarlo al agua y él pudo tomar el papel con el balde. - Merci Monsieur... - No sabía su nombre pero tomé el balde y le entregué con cuidado su teléfono. - Eso haré. - Miré el papel y las letras que se podían distinguir. - "Appel" - Susurré... ¿A quién llamé? Volví a mirar el papel pero no se distinguían más palabras y finalmente pude recordar que debía devolver una llamada, y que esos números no eran una dirección. - De verdad, gracias por sacar el papel del agua. - Le agradecí al chico pues sino, no habría recordado de llamarla. Dejé el balde debajo aún mirándo el papelito que perdía las últimas letras y saqué con cuidado mi celular para marcar de memoria el número, esperando a que atendieran.

Bueno, él insistió en sacar el papelito así que no iba a reclamarle. Pues sería bastante tonto si lo hacía ya que él me estaba ayudando.
Asentí cuando dijo que fue un placer, pero evitaría hablar en francés porque no todoshablaban ese idioma aquí. Me da las gracias y yo niego porque él no tenía que agradecer nada. - Permiso. - Le dije para finalmente hablar por mi celular.

- Salut Maman comment êtes-vous? - Cerré los ojos escuchando su discursito de por qué no la había llamados ese mismo día pero le cambié el tema. - Qu'en est-il papa? - Sonreí al escuchar el grito de mi papá como saludo. - No. .. ne suis pas la maison... - Rodé los ojos porque ya sabía lo que venía. - Qu'avez-vous disent? - Pregunté divertida y después volví a rodar los ojos mientras miraba hacia el agua. - Non, pas à la France. - Luego comenzó a hablarme en ingles así que sonreí divertida. - ¿Solo eso ibas a preguntarme? - Le pregunté incrédula y después después se despidió súbitamente. - Claro... nos vemos, saluda a papá. Adios. - Corté algo confundida pero después me alcé de hombros guardando el celular y apoyando mis manos en el barandal. Volví a mirar hacia el lado viendo al chico que me entregó el balde. - Soy Jennifer, mucho gusto. - Tarde para presentarse pero bueno, ya lo hice.

Aún seguía algo divertida y extrañada por la loca y breve conversación que tuve con mi madre.
Sonreí un poco al escucharlo presentarse y extiende su mano así que hago lo mismo estrechándola levemente con la suya. - Mucho gusto Leonard. - Solté su mano para devolver la mía al barandal y luego negué con mi cabeza por lo que dice. - No hay que disculpar nada, en ese caso yo debí presentarme antes. - Si, antes de recibir su ayuda con el trozo de papel. - Espero no haber interrumpido nada. - Dije viendo hacia los lados pues quizás estaba acompañado o algo por el estilo pero... parecía que no.

Pensé unos momentos lo que dijo y finalmente asentí. - Así es mucho más justo. - Y se evitaba la a veces bochornosa tarea de estar disculpándose por cosas de ese estilo. Me dice que no interrumpí nada así que en cierta forma era un alivio, no me gustaba estar interrumpiendo cualquier cosa, por muy pequeña que fuese. - La mayoría cree que ya a reproducirse con un poco de agua. - Eso siempre me lo decían cuando era una niña, mejor dicho lo decían para molestar a los que se quejaban de las lluvias.

Negué con mi cabeza mientras apoyaba mi espalda en el barandal y así miraba el cielo que al parecer se estaba oscureciendo más de lo común. - No, nada en realidad, solo veía el trozo de papel. - Que ahora estaba en un balde.

Me cruzo de brazos y lo miro cuando lo escucho reír, por lo que sonrío un poco. - Sé que suena tonto y es imposible por algo lógico pero... a veces pareciera que temen eso. - Yo por el contrario me encantaba caminar debajo la lluvia, aunque ya después me ganara un resfriado de esos que hasta la voz se te va y te duele abrir los ojos.

Volví a verlo al escuchar su pregunta y esta vez asiento. - Así es, primera vez, solo que pues... esperaba que hubiese más gente. - Porque si veías a algún lado solo habían... sogas y baldes, y más allá, uno que otro pasajero con acompañante. -¿Es la primera vez que vienes Leonard? - Pregunté para evitar el silencio.

Yo encontraba graciosa esa expresión pero sabía que era imposible que algo así ocurriera. - Las creencias populares son más fuertes que cualquier verdad. Puede que algunos crean que es real... porque como dices, por algo existen... ¿No es así? - Solo que aún era algo como imposible que eso puediese ocurrir, aunque en realidad con este tiempo y las cosas que estaban pasando, nunca se sabe lo que es real y lo que es completamente ficticio.

Sentía como las gotas se hacían más grandes, y caían con un poco más de fuerza pero eso no me molestaba en realidad. - Yo creo que odian la lluvia, y echan de menos los días soleados. Aunque si, deberían acostumbrarse, esta lluvia al parecer no va a acabar en un largo tiempo. - No sabía casi nada del clima, pero era lógico que no pararía este tiempo.

Lo volví a mirar pues hasta me había quedado solo sintiendo las gotas de lluvia. Sonreí aunque no tenía idea de quién era Minerva pero no iba a preguntar. - De seguro cuando viniste esto no estaba desolado. - Debía de haber más vida en el Ferry. Niños corriendo de un lugar a otro, siendo regañados por sus padres. Grupos de amigos reunidos preguntando un sin fin de cosas, y haciendo planes para el futuro. -Pero creo que lo bueno de la lluvia... es que limpió el aire. - No podíamos culpar de todo a la lluvia, también tenía su lado positivo.

Reí un poco, bastante bajo porque eso si sonaba algo gracioso. - Eso creen algunos, pero no sé si pueda ser cierto. - Pensé un poco esa posibilidad. Nunca había sabido quien o quienes eran los creadores de esas frases o dichos populares. - Pero si lo creo solo un individuo, era bastante inteligente y divertido... o solo hablaba mucho. - Podían ser los dos casos, y los dos eran los extremos más opuestos. - De que es divertido, lo és. - Además de que habían un sin fin de dichos y tenías para elegir cual te gustaba más, solo debías de buscar, o hablar con alguien de la tercera edad.

Me encantaba la lluvia, y también los días soleados ¿Podía ser eso algo lógico? Por lo menos a mi parecer si. - Yo si lo extraño, no al extremo de lamentarlo pero si lo extraño. - Lo vi cuando mencionó lo de encogerse y sonreí con algo de diversión negando a la vez con mi cabeza. - Si fuese así, dudo que quedes más bajo que yo. - Y eso que yo era baja pero no podía echarle la culpa a la lluvia, que lástima. - Mmm... hasta el momento eres bueno, quizás solamente se lo haz dicho a los demás en otros momentos, o simplemente no lo entienden. - Era mi opinión.

Lo escucho mientras explica la situación y sonrío hasta que dice que el Ferry estaba lleno de vida, luego dejé de hacerlo al saber que se le perdió la niña porque eso no era gracioso. - Debió de ser lindo hasta que... se extravio Minerva... - Esperaba no haberme equivocado de nombre porque solía pasarme muy seguido. - Apuesto a que cuando la encontraste te sentiste aliviado, como que el alma regresó a tu cuerpo y la abrazaste mucho. - Es lo que generalmente ocurría. Un año atrás cuando a penas estaba trabajando con los niños, salimos de paseo y en un parpadeo Ethan se me había perdido. El pequeño se había aburrido y se quedó sentadito, durmiendo bajo un árbol del parque.
Asentí mientras volvía a mirar el cielo, volviendo a mojar mi cara por lo que cerré los ojos. - ¿Viaje de placer y descanzo... o de negocios? - Pregunté para evitar otro silencio.

Asentí con mi cabeza ante sus palabras, pensando en eso. Esa duda me estaba haciendo querer investigar quienes eran los creadores de esas frases y/o expresiones. Solo esperaba no llevarme una decepción. - Si, o por mero aburrimiento. - Si, en mi tiempo libre me dedicaría a investigar de donde provenían esos dichos, y no me cansaría hasta dar con una respuesta sólida. - Si, y si lo hacía por eso, debió de ser inteligente, o incomprendido. - Y de seguro no sabía la fama que iban a tener con el paso de los años, décadas he incluso siglos.

- No lo sé, o de plano es porque a mí me gusta y a tí no. - Era más lógico por eso lo decía, solo esperaba que no se enfadara por eso pero creo que decía la verdad, por lo menos de mi parte. - Podría ser, solo que si tu te encoges, yo también y no, seguiría siendo más baja. - Pero ser baja tenía sus ventajas. - Quizás. - Fue solo una idea que se me pasó por la cabeza.

- No es para menos. - Porque para todos era su responsabilidad cuidar de su hermana. Sonreí algo divertida porque eso demostraba que no se dejaba llevar por sentimientos y era más razonable. - En algo le atiné. - Porque el alma regresó a su cuerpo. Aunque igual y todos los hombres actúan de la misma forma, siendo más duros que las mujeres.
Lo escucho y asiento, era un buen motivo, bueno, eran buenos motivos. - Para ir a conocer la Estatua de la Libertad. - Ya después de eso me devolvía con unas cuantas fotos.

Llevé una mano a mi mejilla pensando ahora detenidamente. - ¿Sabes? Creo que hay demasiadas razones. - Ya habíamos nombrado, por lo menos tres o cuatro y si quería podría seguir nombrando más pero no tenía mucho sentido ya que no había a nadie a quién demostrarle si tenía razón o no.
- La mayoría, por no decir todos los genios, son incomprendidos. Solo por el hecho de pensar distinto y actuar con un estilo propio, no como los del montón. - Y este tema daba para conversaciones bastante largas y profundas, por eso solo comenté eso.

Reí un poco también al escuchar lo que dice. Por lo menos era sincero, no como algunos que se esmeran en hacerte creer que piensan igual que tú. - Si, así es. - Sonreí un poco. Negué con mi cabeza. - Créeme que no, adoro salir cuando los días estan demasiado lluviosos. - Y mojarme hasta sentir que me congelaba.

- Tú habrías dicho lo mismo si hubiese sido el caso contrario. - Porque a nadie le gusta ser regañado, aunque nos lo merescamos. - Un punto de dos. - No era tan malo, creo.
- Si, primera vez que vengo. - Volví a confirmarlo. - Eso ya no importa mucho, esta cerrado el paso, solo me contento con sacar unas cuantas fotos y listo. - No me mareaba con las alturas, sino con los aromas demasiado fuertes.

Esta charla como que daba para mucho... siempre y cuando no se me olvidara con el paso de las horas. Y esto me hizo recordar una película de unos pececitos, en la cuál la azulita sufría falta de memoria de corto plazo. A veces eso me ocurría pero esperaba que ahora no. Lo escucho cuando dice eso, era bastante cierto. Y creo que todos en algún momento eramos así. - Lo que ocurre en realidad, es que lo diferente asusta. Quizás por ignorancia. Estamos tan acostumbrados a ahacer lo mismo que los demás, solo para no romper el margen. Somos como las hormigas, cuando rompes su fila, quedan desorientadas. - Solo esperaba no parecerle una loca resentida social por lo que acababa de decir.

Si, yo sería bastante bajita, quizás mediría 50 centímetros con todo lo que me gustaba mojarme. - Eso es comprensible, pero yo por mi trabajo, debo ir a buscar a los pequeños traviesos que se mojan y de paso, les doy un mal ejemplo. - Sonreí divertida porque me quedaba con los niños chapoteando en el agua, luego ellos se enfermaban y me enfermaban a mí.

- Ah... bueno entonces no decías eso. - No muchos reconocían eso, aunque a mi no me daba miedo perderme, ni de pequeña. Creo que siempre he querido seguir explorando por llamarlo de una forma. Asiento a lo de ventaja, solo que no sabía en que era la ventaja.

- Y duran más... hasta que las borre. - O se me pierdan, o las queme, o simplemente las olvide.