Que agradable coincidencia [Jennifer]

La verdad es que esa tarde Juliet no tenia planeado salir de casa. La lluvia parecía haber aumentado y, la verdad, no tenia ganas de hacer nada salvo tomarse un café en su casa y disfrutar de la comodidad de su sofá. Pero, el pequeño Christopher insistía tanto que no tuvo mas remedio que coger el paraguas, el abrigo y salir a dar una vuelta por la ciudad. Por lo menos podría tomarse el café en otra parte.

La rubia sujetaba el paraguas con una mano, intentando por todos sus medios que este se mantuviera firme sobre sus cabeza, mientras, con la otra mano, sujetaba la mano de su hijo, intentando que no se alejara mucho de ella. Él pequeño parecía divertirse, provisto de sus botas de lluvia, saltaba encima de los charcos que se habían formado por las irregularidades del suelo, salpicando a cada persona que pasara por su lado. Juliet agachaba la cabeza con una sonrisa, algo avergonzada por los actos de su hijo. La gente no hacia mas que sonreír, ya que, en fin, estaban todos casi mojados por las lluvias. Chris era el único que parecía verle el lado positivo a todo eso.

Al cabo de casi una hora andando, decidieron entrar en el Grand Central Terminal, buscando ahi, lo que Juliet llevaba queriendo desde que salieron de casa, una cafeteria. Al entrar podia notarse el cambio de temperatura entre el exterior y el interior de la terminal, por lo que Juliet se agacho para quitar el abrigo que chris llevaba puesto. Le peino un poco el pelo con la mano, arreglandole los cabellos mojados, y le dio un beso en la mejilla, como siempre. -¿Vamos a comer algo Chris?- Le dijo con una sonrisa. El niño mostró una sonrisa de oreja a oreja y asintio contento. -Vamos- Dijo ella, levantándose y tendiéndole su mano para que se agarrara. Pero... el niño parecia distraido. En cuanto ella no se dio cuenta,el niño echo a correr en dirección a alguien detrás de ambos. La rubia se giro para ver quien era, y pudo ver a una mujer bastante conocida abrazando a su hijo. Morena, guapa y un encanto de chica. La sonrisa de Juliet se ensancho y se acerco a ambos. -Que coincidencia Jennifer- Sonrio contenta de verla.

19 - 06 - 2013

Estaba sentada en el ancho marco de la ventana de mi apartamento, viendo como las gotas de lluvia de estrellaban en ella para después deslizarse por el gélido vidrio y finalmente perderse en el pequeño charco que había abajito, al final de la ventana. Mi semana siempre era agitada, pero los sábados y domingos siempre eran así de aburridos como ahora. Por eso mi madre me preguntaba ¿Cómo es que me acostumbraba a esta clase de vida? Pero a mí me encantaba, no importaba estar sola, así me había acostumbrado.

Después de un rato de estar observando la ventana, suspiré y me levanté, poniéndo una mano en mi boca así retenía un vostezo. Una ves que ya estaba así más animada fui a ponerme ropa más acorde al día o sino me moriría de frío... bueno, no tanto pero siempre suelo exagerar.
Tomé una chaqueta y fui hasta mi recámara para ver si hacía algo con mi cabello. Pero decidí dejarlo suelto como siempre ya no tenía remedio. No saqué un paraguas ya que solo me puse el gorro de la chaqueta, y luego de cerrar la puerta con llave salí del edificio para dar un paseo largo. No tenía que llegar temprano pues no le daba cuentas a nadie.

Caminé mojándome un largo rato, creo que era una de las pocas a las que no les fastidiaba la lluvia. Lo único que echaba de menos eran los días de vacaciones en la playa, pero ni modo.
Un rato después decidí entrar a la estación de trenes, Grand Central Terminal. Tenían diversos negocios con los cuales podría distraerme.
La temperatura era agradable dentro del lugar así que me quité la chaqueta. No alcancé a dar más pasos cuando sentí como me abrazaban. Bajé la vista y me encontre con el lindo Christopher, así que me agaché a su altura. - ¡Hola pequeñin! ¿Cómo estás? - Miré de inmediato para buscar a su madre, sabía que por nada del mundo lo dejaría solo y sonreí al distinguirla de inmediato por su sonrisa cálida. - Hola Juliet. - Dije poniéndome de pie mientras acariciaba la cabeza del pequeño. - ¿Cómo han estado? ¿Vienen de paseo? - Le pregunté, Juliet era una de las madres más agradables que había tenido el gusto de conocer.

La sonrisa de la rubia mostró su fina hilera de dientes aperlados. -Muy bien Jennifer- Contesto. Se acerco a la joven despacio, y tras ver que el pequeño Christopher se apartaba, abrazo a la joven.- ¿Tu que tal estas?- Sonrió como de costumbre, esa sonrisa que nunca se marchaba de su rostro. -Decidimos salir a dar una vuelta, ya que Chris no dejaba de insistir.- Rió la rubia. No podía resistir los pedidos de su hijo, así que siempre acababa haciendo lo que él le pedía. Que quería salir. Salían. Que quería galletas. Galletas tendría. Que quería jugar. Pues jugaban. Por lo menos siempre se divertían los dos. -¿Te gustaría acompañarnos? Íbamos a tomar algo ahora. -Dijo mientras Christopher corría alrededor de ambas, riendo a carcajadas. Juliet lo detuvo, agachandose y cogiendolo por la cintura, levantandolo a su lado. Mientras Chris se acomodaba en el regazo de su madre, Juliet comenzó a caminar en direccion a la cafeteria, tras la gratificante afirmación pro parte de Jennifer.

Se detuvo frente a una de las mesas del local y se sentó, dejando a un lado el paraguas, los abrigos y el bolso, sentando a Chris en la silla contigua. -Bueno, cuéntame. ¿Que tal te va todo Jennifer? - Le pregunto, apoyando su rostro sobre sus manos, sonriendo como de costumbre.

Me gustaba saber que ambos estaban bien. Correspondí su abrazo una vez que Chris se alejó un poco. - Muy bien Juliet, gracias. - Le respondí sonriendo un poco a su pregunta. Sonrío mirando a Christopher al saber la respuesta, es que era demasiado difícil negarse a los pedidos de un pequeño tan encantador. O quizás es que a mi me encantan los niños y por eso creo eso. - Quería salir tu pequeñito. Además salir siempre hace bien. - Aunque obviamente bien abrigados o el resfriado nadie nos lo quita.
Su pregunta me hace afirmar inmediatamente con un movimiento de cabeza. - Claro que sí, es buena hora para tomar algo ya sea tibio o caliente. - Porque el tiempo cada vez era más raro. Sonrío al ver como toma en brazos a Chris y nos ibamos rumbo a la cafetería, un buen café siempre caía bien.

Llegamos a una mesa y luego de ver que se acomodan, me siento delante de ellos abriendo mi abrigo para estar más cómoda. - Va todo perfectamente bien como siempre, los niños son un encanto, muy pocas veces hacen alguna travesura. - Le guiñé un ojo a Chris pues era un niño que siempre se comportaba bien, todo un encanto igual que su madre. - ¿Y a tí Juliet? ¿Va todo bien? - Le pregunté pues ella es doctora y a veces suelen tener días agotadores, por no decir casi siempre.