¿Caminata diaria? [Katherine M.]

15:35 pm. [15-06-2013]

Era mi día libre por lo que no tenía prisa alguna para hacer las cosas que me proponía hoy. Las cuales eran simples: Pasear, relajarme e ir a comer. Podía hacerlo puesto que era uno de los pocos días libres que tenía para estar tranquilo, a menos claro que saliese una emergencia y tuviese que ir donde correspondía.
Caminé por la avenida Broadway, ahora era mucho menos transcurrida que antes por la lluvia claramente. A mi no me disgustaba, menos la que estaba cayendo en este momento que era muy leve y el clima, por lo menos la temperatura no era bajo cero.

Metí las manos en las bolsas de mi chaqueta solo para tener algo que hacer mientras veía los teatros de alrededor, bastante elegantes la mayoría. Recordaba que más de alguna vez se pudo ver a algún actor o actriz famosos por aquí, pero ahora eso ocurría muy pocas veces.
Seguí caminando hasta que me paré donde hubiese un techo seguro y saqué un cigarrillo. No siempre tenía la suerte de fumar, menos con el clima pero parece que hoy todo iba a mi favor. Saqué el encendedor y puse el cigarrillo en mi boca, solo que el encendedor se negaba a hacer su tarea.

- Estúpida cosa. - Susurré mientras intentaba fallidamente de que encendiese.

Estaba en mi habitación tumbada en mi cama con la almohada en la cara, estaba aburrida, no había nada que hacer el día de hoy, por eso odiaba mis días libres, porque eran aburridos, si tuviera algo más que hacer por ejemplo, andar cazando como siempre, ahora esta disfrutando y mucho el día, pero no, ¿porque tuvieron que inventarse los días de descanso? Ah sí, para que el hombre y la mujer tengan algo divertido que hacer y se relajen y olviden el estres de sus trabajos que no les gustan, pero yo amo el mío y olvidarme de él no es sencillo.

Bueno, había tomado una decisión, salir un poco y rondar por ahí, a ver que encontraba, pero eso si, no saldría desarmada, nunca se sabe que se pueda encontrar. Metí en mi pantalón en la parte de atrás una 9mm. solo por si se necesitaba y sin olvidar mi fiel acompañante.

Tome una chaqueta y salí. La lluvia no era tan fuerte, así que se podía andar algo a gusto, pero no muy relajado como desearía. sin embargo de pronto comenzó a estar un poco más fuerte la lluvia, así que me ataje debajo de un techo, donde había un chico, no le preste mucha atención la verdad solo sonreí cuando maldijo a su encendedor. Saque mi fiel acompañante, mi encendedor, aquel que me había regalado mi padre. Lo encendí y lo acerque al cigarrillo de él. - Nunca es bueno regañarles, ya que ni así entienden - sonreí algo divertida.

Moví el encendedor de un lado a otro para ver si acaso así encendía el muy... pesado producto. De reojo vi que una muchacha se había resguardado al igual que yo de la lluvia que comenzaba a caer en ese instante con algo más de fuerza, quizás la humedad del ambiente impedía que mi encendedor funcionase, pero ví como una pequeña mano se acercaba y con un encendedor que dejaba salir una llama bastante buena para encender mi cigarrilo.

Miré quién era la chica y sonreí un poco por lo que decía. - Creo que tienes razón pero no pude evitarlo. - Puse el cigarrillo en mis labios y le di una calada encendiéndolo gracias a su encendedor. - Muchas gracias... - La quede viendo, yo la conocía de alguna parte y si mi memoria no me fallaba, era cazadora pero no podía ir diciéndolo en voz alta. - Tu encendedor si es bueno. - Le dije después de unos instantes.

- Es que es muy necio - realmente se veía que ese encendedor se rehusaba a hacer su trabajo por si solo. Retire el encendedor una vez que vi, que su cigarro estaba bien prendido. - De nada, fue un placer ayudarte - sonreí, y ahora que lo veía mejor podía reconocerlo, lo había visto en las reuniones que había entre cazadores. - Es que le hablo y lo trato con cariño - bromee. - Lo siento no pude evitarlo, pero es que lo cuido bastante para que no se descomponga - lo guarde bien en la bolsa de mis jeans, así no lo perdería de un momento a otro o sufrirá por lo que representaba para mi.

- Ni que lo digas, creo que no soy su tipo. - Seguí insistiendo para ver si por lo menos salía una llamita pequeña pero... NADA, se rehusaba a cooperar conmigo el muy bendito encendedor. Le devuelvo una mueca como sonrisa cuando ella dice eso, es que no solía sonreír demasiado. Su broma me hace reír un poco, no demasiado como para que me tomasen por un loco, pero es que había sido bastante acorde a la situación de la cual estábamos hablando. - Quizás funcione, pero eres mujer, si yo le habláse con cariño me verían raro. - Me expliqué mientras le daba una calada a mi cigarrillo. - Está bien, pero el problema es que es casi nuevo. - Dije viendo el encendedor y después se lo extendí. - Inténtalo, quizás a tí te funcione. - Le sonreí ahora sí, y expulsé el humo hacia otro lado para que no le molestase a ella. - Soy Evan Schenker. - Me presenté pero sin extender mi mano hasta que tomase el encendedor pues en la otra tenía el cigarrillo. Aunque lo puse en mi boca y extendí esa mano para no parecer maleducado.

- Creo que no - me alce solo un poco de hombros, mientras lo veía, pues yo creo que si le hubiera caído bien al encendedor, pero ni como saberlo. Sonreí, digamos halagada por la risa que obtuve de aquello que dije. - Si, se vería extraño, es más comenzarían a verte todo el que pasará - pues sería una escena de esas que llaman la atención de todo el mundo. - Eso es muy raro, generalmente esos funcionan muy bien - al menos que se hubieran caido pero no parecía el caso. Tome el encendedor cuando me lo paso. - Veamos si conmigo quiere - lo miré un poco, antes de ver que extendía su mano y presentaba. - Katherine Monroe, mucho gusto - me presenté igual, estrechando su mano.

Debía de estar bastante cansado como para haber preguntado eso, lo bueno es que me respondió y no me tomó por un loco de remate. - Así parece. - Dije así como en un tono divertido.
Afirmé con un movimiento de cabeza lo que decía, de seguro sería la atracción principal aparte de la lluvia en este tiempo. -Me tomarían por un loco. - Un tipo hablandole con cariño a un encendedor, de seguro me llevan a un manicomnio.
- Eso es lo que digo yo, al principio funcionó de las mil maravillas pero después nada. - Y estaba como estaba ahora. Toma el encendedor y después estrecha mi mano, y yo la de ella con delicadeza. Con mi otra mano libre tomé el cigarrillo para hablar. - Un placer Katherine. - Le sonreí un poco. - Bueno, veamos si te funciona. - Le dije mientras soltaba su mano.

Asentí, con mucha curiosidad por ese encendedor, pues parecía que se había descompuesto por algún factor externo.
- Seguramente, pero no tienes la cara ni las características es más podrías fingir que hablas con tu celular y listo - una respuesta tal vez, muy tonta, pero era la que se me ocurría ahora.
- ¿No se te cayo o algo parecido? - esa podría ser la razón de que no funcionara o si le cayo agua, por esa razón ni siquiera pensaba en funcionar. - Igualmente - sonreí y también solté su mano, asintiendo a ver si yo podía hacer que el encendedor prendiera.

Antes de intentarlo, le vi la vuelta por unos segundo y luego lo regrese, para así tratar de que funcionara. Lo más gracioso es que si prendió y así que sonreí. - Creo que funciona muy bien - reí tan solo muy bajo.

Lo que dice, sobre de que no tengo características de loco ni cara de loco me hacen sonreír levemente ya que como es bien sabido, las apariencias ngañan bastante. - En eso tienes razón, pero estar fingiendo no es lo mío, soy más de los que encaran preguntando "¿Qué ves?" y asunto solucionado. - Era así, a algunos les parecía mal y pesado pero bueno, desde que tenía uso de razón era así.

Negué a su respuesta con un movimiento de cabeza. - No, ni se me cayó, ni nada... quizás el frío lo congeló. - Era una supocisión bastante tonta pero podría ser. Afirme con mi cabeza a lo que dice.

Le doy una calada a mi cigarrillo mientras observo el movimiento de su mano. Bastante agraciado, elegante y sobretodo femenino. Expulsé el humo lentamente y después reí un poco también al escucharla y ver que salía una llama bastante agradable. - En definitiva, creo que el problema soy yo. - Porque si a ella le funcionaba, era yo el del problema.

Me quede pensando unos segundo, su respuesta, así que moví la cabeza de forma afirmativa. - Creo que es la mejor solución, así, nadie se mete en los asuntos que no les interesan... aunque... eso lo podrían tomar a mal ¿no crees? pero también, no deberían meterse en lo que no les interesa, sin embargo, aun así dirían que estas loco, pero, esta más loco aquel que quiere saber todo lo que no le corresponde - respire, pues como que lo dije muy rápido y me quede sin aire. Ojala y no pensará que hablaba demasiado.

- Una posibilidad muy aceptable - ya que la gasolina liquida o como se llame, podría sufrir de eso, después de todo, esta en liquido y puede pasar en cualquier momento.

- Lamento decirte que así es Evan... este encendedor no te quiere ni un poco, yo que tu, me compraba otro - le aseguré aunque también lo decía en broma, pero era lo mejor que podía hacer, al menos que ya no se pusiera necio el encendedor. - A ver... inténtalo otra vez, a lo mejor ahora si te hace caso - se lo pase, así veíamos si tenía mala suerte con él.

Escucho toda su respuesta, que a pesar de ser extensa, toda era cierta. - Si, pueden tomarlo mal pero como dices son mas locos los que preguntan. Yo no los obligaría a acercarse y preguntar que pasa. - Y es que a veces podía ser bastante frío y cortante si me lo proponía, quizás por eso no tenía demasiados amigos, por no decir casi ninguno.

- Yo creí que ibas a decir que era infantil. - Sonreí pues no me estaba criticando ni nada, así que ya me caía bien la muchacha. Al parecer no era como algunas que solo vivian criticando pues eso era desesperante.

Reí un poco entredientes mientras volvía a darle otra calada a mi cigarrillo. - Si, me compraré otro. - La miro y me alzo un poco de hombros. - Está bien, veamos que ocurre. - Tomé el encendedor de su mano y al querer encenderlo, no lo hizo así que fruncí el ceño. - Definitivamente me odia, y como yo no podré ocuparlo creo que mejor te lo quedas tú. - Le sonreí entregándoselo, estaba casi nuevo y a ella le funcionaría. - Volveré a utilizar cerillos. -

No se quejo por todo lo que hable, era un alivio o hubiera terminado muy roja de haber sido así. Pero lo importante es que él había entendido mi punto de vista o lo que quise decir con tanto enredo que yo sola podía ocasionar en algunas ocasiones. - Creo que nadie los obligaría, pero por hay dicen que la curiosidad mato al gato - un dicho muy cierto.

- Claro que no, pues fue lo que yo también pensé - no me apenaba decirlo, pero es que si suele pasar y en ocasiones la cosa menos imaginable, es la correcta.

Asentí, pues era lo mejor, así dejaría de rogarle a este encendedor que parecía no cooperar en nada de nada. Espere a que si resultará bien, pero cuando lo puso a funcionar... no prendió, eso ya era mala suerte y muy mala. - Si, es un hecho que no te quiere ni un poco y gracias - tomé el encendedor, aunque yo no fumaba, podría usarlo para muchas otras cosas. - Solo espero que no se humedezcan y pase lo mismo que con el encendedor. -

Ese dicho lo escuchaba bastante seguido de mi madre cuando estaba pequeño, por eso sonreí un poco ya que la recordé. - Si, la curiosidad mató al gato, al ratón, al perro, al caballo y al humano. Y a este último mucho más que a los otros animales. - Porque a veces el hombre era demasiado curioso, se metía en problemas solo por eso: Curiosidad.

- Bien, entonces pensamos lo mismo y no es infantil. - Sonaba algo gracioso pero por lo menos eramos sinceros hasta el momento.

Terminé de fumar el cigarrillo y lo tiré al suelo, la colilla para pisarla y reí un poco más. - No me quiere nada de nada. Y no es nada, ya que tú si lo podrás utilizar. - Porque aunque no fuese fumando, podría encenderlo. - Entonces dejaría de fumar, son muchas señales ¿No crees? - Pues estaba así claro como que era un indicio. - ¿Te apetece caminar? - Le ofrecí.

Lo vi sonreír y tenía una linda sonrisa, de esas de galán de películas, eran muy pocos los que poseían ese gesto. - Umm... es cierto, al hombre le toca más porque se mete en muchos problemas por esa curiosidad que no puede reprimir... pero es que es difícil - yo muchas veces había caído en esa curiosidad.

- Exacto - confirmé, después de todo no era un pecado pensar lo mismo, era hasta divertido y por nada del mundo era infantil.

- Aun así gracias - repetí, pues ya le encontraría un uso, seguramente uno muy bueno. - Demasiadas señales, así que deberías hacerles caso, por aquello de que fumar es malo para tu salud... aunque suene a comercial - ya que en la radio o en la televisión, siempre te decían "fumar es malo para la salud" pero aun así, se seguían vendiendo cigarrillos. - Claro - la lluvia había disminuido, así que dar un paseo con alguien tan agradable era una buena forma de pasar este día. - ¿Hacia que lado te gustaría que fuéramos o solo dejamos que nos lleven nuestras piernas? - a veces caminar sin rumbo, es bueno.

En eso ella tenía razón, era difícil reprimir la curiosidad en ciertos casos. - Es difícil, pero una vez que te acostumbras a no cuestionar ni pensar en lo que te da curiosidad, dejas de caer en esa tentación. - Esperaba haberme explicado bien o sino, ya me preparaba para algun que otro comentario.

Solo asentí con mi cabeza para no caer en repeticiones.

- De nada. - Porque no había sido nada en realidad. Sonreí un poco con algo de diversión mientras dejaba de aplastar la colilla. - Intentaré dejarlo. - Aunque lo más probable es que no lo hiciera. No se niega así que asiento y paso saliendo del mini refugio por así llamarlo. - Mejor dejemos que nuestras piernas nos lleven... ¿Te parece? -

- Ya veo... es como el mata sin piedad, sin preguntarte si se lo merece o no aun cuando sabes que ha asesinado a más de un poblado completo - susurré, eso lo decía mi padre así que se me hizo una analogía muy conveniente para lo que él me decía. - Así que tienes razón - comenté una vez que abandone eso de estar comparando los comentarios.

Le sonreí, guardando también ese encendedor. - Bueno, recuerda que cuando tengas ganas de fumar, solo piensa en algo más... como en... en... ummm... ¿que te parece... galletas de malvavisco cubiertas de chocolate? - era lo mejor que se e había ocurrido. - Me parece muy bien - dije saliendo de donde nos encontrábamos, colocándome de su lado derecho, mientras caminábamos.

Si, ella por lo menos había entendido lo que quise decir. Aparte de bonita era muy rápida para entender las cosas. - Exactamente. - Esbocé una media sonrisa porque me dio la razón, era gratificante cuando te la daban, obviamente cuando la mereces.

Negué con un movimiento de cabeza. - No soy muy afecto al chocolate, pero si a los malvadiscos, así que podría servir. - O eso creía pues nunca había puesto en práctica dejar de fumar, no debía de costar demasiado ¿Cierto?
Asentí mientras caminabamos. - ¿Y solo venías de paseo o siempre ayudas a quien necesita encender su cigarrillo? - Le pregunté mientras caminabamos y la veía.

Creo que me gustaba que me dedicarán sonrisas como la de que él me dedicaba, tal vez por eso siempre buscaba de una manera hacer sonreír al resto, solo que no siempre lo lograba, algunos eran muy amargados como para querer cooperar y otros más... pues mejor ni hablamos de ellos que asusta solo pensar en ellos.

- Entonces tu te comes los malvaviscos y yo el chocolate - esa era una buena solución, pues yo adoro el chocolate, no tendría problemas, solo que no se los iba a comer cuando yo estaba. - Bueno, me guardas el chocolate - así ya no sonaba tan mal, pues tampoco me quería ver muy encimosa.

- En realidad solo paseaba, pero ayudar a alguien a encender su cigarrillo, fue la buena acción del día... - comenté esquivando a una señora que pasaba a toda prisa. - ¿y tu? - pregunto viéndolo unos segundos y luego atiendo el camino, no quería caerme o chocar con alguien.

Dice que ella se come el chocolate y eso estaba mejor porque realmente no me gustaba el chocolate. La vuelvo a mirar cuando dice que le guarde el chocolate. - ¿Te parece si mejor después de caminar vamos por los malvaviscos y así tu te comes el chocolate? - Si, la estaba invitando, no había nada de malo ya que además un café no me caería nada mal por el frío que estaba haciendo. Solo esperaba que aceptara y sino pues, ni modo.

- La acción buena del día. - Claro, había sido la buena acción del día. Una señora pasa muy rápido pero pudo esquivarla. - Buenos reflejos. - Le comenté pues cualquier otro habría chocado. - También paseaba aparte de ser ayudado. - Eso sonaba algo gracioso. - Pero solo paseaba, tengo el día libre hasta el moemnto. - Nunca se sabe lo que pueda pasar en unos minutos u horas.

- Claro, me encantaría, solo que si tienes algunos otros planes no me gustaría interferir en ellos - podría ser que se le olvidara algún compromiso que ya antes hubiera tenido y no lo recordará, solo que no niego la invitación me gustaba y mucho, así tendría el día de hoy alguien con quien charlar.

- Eso creo, pues no siempre lo ven como algo que les guste, a mucho les molesta que trates de ayudarlos, lo ven como insulto - no querían que los demás pensarán que eran débiles o algo así. Pero yo pensaba lo contrario. - Gracias - ya que si los tenía, después de todo, por algo me la pasaba practicando aunque ya en una batalla, a veces pueden fallarte. Reí muy poco, su comentario sonó gracioso. - Es lo malo de los días libres, que se acaben cuanto ocurre un pequeño incidente... adiós a la libertad y cumplir con tu deber - y aunque sonara aburrido o tedioso, era la forma en que llevaba mi vida, pues estaba para ayudar y también para que esto no siempre terminará en algo muy malo, teníamos un deber y como tales, debíamos cumplirlos.

Acepta y afirmo con un movimiento de cabeza, para luego negar. - No, no tengo nada más que hacer en realidad. - Si algo tenía yo era ser organizado. Y planeaba todo mi día. Algunos creían que era maniático, otros solamente que estaba aburrido y por eso siempre me la pasaba solo. - ¿Yo no te estoy entreteniendo? - Pregunté, pues quizás por eso me hizo esa pregunta.

- Es por lo que dices, creen que al recibir ayuda ellos quedan mal. - Le expliqué con calma. - De nada. - Yo solo decía lo que había visto y ella actuó rápido. Ríe y yo hago una mueca de sonrisa. - Si pero así se aprovecha. Ya que si no tenías nada que hacer vas a la acción y listo. - A veces yo prefería no tener días libres pero este me lo habían dado porque tenía bastante acumulados.

Uff! menos mal que no tenía nada que hacer, no me gustaba quitarles el tiempo a otros, más cuando iban a la trabajo, a la escuela o una cita. Siempre podían llegar tarde por mi causa y era lo que menos quería, no era nada agradable que eso sucediera, más cuando te miran con el ceño fruncido y con cara de querer matarte por hacerlo llegar tarde. - Menos mal - susurré. - No, no, para nada, tampoco tengo algo que hacer, solo si hay una emergencia, entonces, todo cambiaría, pero parece que hoy es un día tranquilo - y aunque llovía, era agradable el día.

- Si, pero creo lo contrario, que una persona se ve bien, cuando se deja ayudar, siempre y cuando tampoco se abuse de esa ayuda - sino, eso podría decepcionar a muchos. Le sonreí, eso había sido un buen halago. - Cierto, pero los días libres a veces caen bien, sobre todo después de unos días agotadores, no es que sea quejumbrosa, pero a veces no dormir por más de 24 horas, hace mella en nuestros cuerpos - sobre todo cuando eran misiones de rastreo, había que estar alerta y también muy pendientes, pues siempre nos podíamos topar con algo muy desagradable. Pero él seguro lo entendía.

Escucho su susurro pero si no lo dijo más alto es porque no quería comentarlo así que no digo nada al respecto de su comentario. Afirmé con mi cabeza por sus palabras. - Entonces no te estoy interrumpiendo ni tu a mí, hasta claro, que ocurra alguna emergencia de la cuál no nos podamos librar en ningún aspecto. - Las emergencias ocurren cuando menos se lo espera uno, y es por eso que se llama emergencia, sino solo sería un evento que de seguro yo ya tendría planeado.

- Si se deja ayudar es porque es capaz de reconocer sus errores y que puede admitir que necesita ayuda, pero en general muy pocos creen eso y como dices, algunos llegan a aprovecharse de quien los ayudó. - Eso era algo que no soportaba. La veo pero no por mucho tiempo cuando dice eso, también era bastante cierto. Poder descanzar merecidamente luego de 24 o 48 horas sin haber parado de trabajar. - Tienes razón, es bueno tener un día libre cuando nuestro cuerpo nos pide a gritos un descanzo merecido. - Ya que si no te lo tomas después las consecuencias son que no rindes lo que deberías y finalmente el que pierde es uno mismo.

Asentí con una sonrisa, pues si que así no nos interrumpimos ni uno ni otro y evitamos llegar tarde a cualquier evento que tengamos. Sobre todo uno que tenga que ver con el trabajo. Pero bueno, ahora no tenemos de que preocuparnos. Reí bajito. - Si, solo espero no tengamos esa suerte de que apenas comenzamos a tomar un poco de café y tengamos que salir corriendo por una emergencia - más de dos veces me ha ocurrido eso y fue algo desesperante, ya que deje al chico, ahí sentado sin saber quehacer por mi brusca salida.

- Exacto, es lo cruel, pero aunque no podemos hacer mucho para hacerlos cambiar de parecer, podemos ayudarles cuando lo necesiten... aunque se aprovechen, pues tarde o temprano ellos pagaran lo que hacen - por eso dicen, no hagas lo que no quieras que otros te hagan a ti, pero a algunos se les olvida y entonces si que hacen de las suyas. - Si, así no nos enfermamos, porque no sería bueno que nosotros estuviéramos enfermos - ya que los grupos se reducirían y entonces... podrían pasar mucho accidentes que podemos evitar si descansamos. - ¿Cuantas horas puedes mantenerte despierto y bien alerta? - yo aguantaba como unas 27 horas y tal vez si tomo un café aguanto unas 36 horas.

Eso sería casi digno de una película cómica. Estar tomando café y al primer sorbo, salir corriendo por alguna emergencia. Aunque cuando si sería digno de risas sería si volvemos al café y estamos a punto de beber, cuando nos llamen de nuevo. - Espero que no la tengamos, ya que sino, sería como frustrante. - Por lo menos para mí, ya que el café es algo que no se puede dejar... bueno, si se puede dejar por una emergencia, pero aún así me gustaba reclamar.

No sabía si era cruel, pero podía ser una posibilidad. - Si, mientras los ayudemos todo esta bien, hmmm... por lo que dices... ¿Crees en el Karma? - Pregunté, ya que así se llamaba eso ¿O no? Karma, que todo lo que haces se paga o se devuelve.
- No sería para nada bueno enfermarnos. - Enfermarse solo era una pérdida de tiempo, que yo realmente odiaba, por eso auque estuviese enfermo iba a trabajar y así no perdía el ritmo ya adoptado en mi forma de vida. La veo por su pregunta. - Depende del café que beba y de las cosas que haya hecho en el día. - Podía ser quizás dos días seguidos despierto, siempre y cuando no haya trabajado en exceso.